Ciudadana Oportunidades empoderando en la agroindustria salvadoreña

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Mi nombre es Daniela Canizález, tengo 27 años y soy orgullosamente una Ciudadana Oportunidades Class 2014. Soy Técnico Agrónomo e Ingeniera en Agroecología. Actualmente me desempeño como responsable de producción en una empresa agroindustrial de importancia para el país, de lo cual les hablaré más adelante. Por ahorita, les cuento un poco sobre mí. 

Soy originaria de Santa Ana y estuve tres años en la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) donde, en el 2017, culminé mis estudios como Técnico Agrónomo. Posteriormente, comencé a trabajar en una cooperativa financiera otorgando créditos agropecuarios, rubro que, en lo personal, no era mi favorito. Durante ese tiempo aprendí a manejar en moto, ya que era el medio de transporte requerido para el puesto; viajaba diario de Santa Ana hacia Santa Tecla, viviendo el caos vehicular diario en la carretera de Los Chorros. Sin embargo, las ganas de salir adelante y superarme me hicieron fuerte y lograr mantener ese empleo, el cual, me ayudó a pagar los estudios de ingeniería que inicié ese mismo año. Y si, trabajaba y estudiaba al mismo tiempo, algo que aparenta ser muy difícil, y déjenme decirles que si lo es. Es un reto enorme el sobrellevar ambas responsabilidades a la vez, pero nada es imposible si tienes definido a donde quieres llegar. 

Estuve un año y medio en ese trabajo, tiempo en el que seguía buscando una mejor oportunidad en el que me sintiera cómoda usando los conocimientos que había adquirido en mi carrera. Desde que estaba estudiando en la ENA, siempre me llamó la atención y quise trabajar en el cultivo de caña de azúcar, específicamente, en el Ingenio Central Izalco, era prácticamente mi sueño. Intenté hacer las horas sociales ahí, pero por ser de lejos, se me dificultó. 

Fue entonces que, en el 2019, esa oportunidad tan anhelada llegó a mí. Cuando me doy cuenta que en GRUPO CASSA – Ingenio Central Izalco había una plaza como oficial de transferencia de tecnología. Sin dudarlo mandé mi CV y ese mismo día, en la tarde, me estaban hablando que si podía asistir a una entrevista, y por supuesto que sí. Fui en la moto, recuerdo que anduve perdida porque no conocía Sonsonate, pero llegué. Me entrevistaron y salí de esa sala de reuniones con las esperanzas al millón, segura de mí misma y conforme en esa entrevista, yo dije, este puesto es mío. Les comento que me sumó mucho que pudiera andar en motocicleta debido a que, al igual que el empleo anterior, era el medio de transporte requerido. 

Y así fue. Gracias a Dios, fui la elegida de entre varios hombres, situación de la cual me siento orgullosa, ya que fui yo, una mujer la seleccionada para un trabajo en donde siempre aún se sigue considerando que es “solo para hombres”. A pesar que era requerido seguir andando en moto, ya no fue impedimento para mí. Pasé en el puesto dos años y medio, viajando largas distancias en ella, aguantando lluvias y poniendo en riesgo mi vida, porque todos sabemos lo peligroso que es andar en motocicleta.  

El amor a mi trabajo se notaba, me desenvolvía en lo que me gustaba y eso hacía que tuviera un gran compromiso, ya dentro de la empresa, mi ambición por crecer mas no me abandonaba. Fue en eso cuando decidí que mi próxima meta sería ser responsable de producción. Sin embargo, lo veía más difícil ya que nunca, en el tiempo de existir de la empresa, habían tenido una mujer en esa posición, solo hombres.  

¡Pero adivinen que! Fue después de esos dos años y medio cuando otra puerta se abrió para mí. La plaza que tanto quería estaba disponible para ser usada por un compañero o por mí. Nos habían tomado en cuenta a ambos para competir por el puesto e hicimos un proceso de selección. Una semana después, mi jefe me reúne para darme la noticia si había sido seleccionada o no. Estaba temblando de los nervios de saber y fue su respuesta quien me hizo saber que había cumplido mi objetivo: la nueva responsable de producción. Fue un momento que se me llenaron las lágrimas de la felicidad. 

Y aquí me tienen, la primera mujer responsable de producción agrícola en la historia de GRUPO CASSA – Ingenio Central Izalco. Actualmente tengo bajo mi administración alrededor de 550 hectáreas (Ha) de cultivo de caña de azúcar, poseo seis personas a cargo quienes me ayudan al seguimiento en campo de todas las labores. Soy la encargada de producir más de 25,000 toneladas de caña al año, la cual se convierte en azúcar para consumo nacional e internacional. 

Orgullosa de trabajar en una empresa reconocida en la agroindustria de El Salvador, en donde nuestro propósito es llevar buenas energías de nuestra tierra a cada hogar. 

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Daniela Canizález

Daniela Canizález

Class 2014, Santa Ana Tiempo Completo.

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